Aquí, Jung explora las alteraciones del estado de ánimo características de los estados maníacos, contribuyendo a la comprensión temprana del trastorno bipolar, que entonces se denominaba a menudo depresión maníaca. Presenta un estudio exhaustivo de la manifestación clínica de lo que el autor describe como "estado de ánimo maníaco", una afección asociada a la inferioridad psicopática y caracterizada por síntomas submaníacos que a menudo se remontan a la adolescencia. El texto esboza varios estudios de casos, detallando los factores hereditarios, la vida temprana y el curso de la enfermedad de los pacientes. Entre los síntomas clave identificados se encuentran la inestabilidad emocional, la fuga de ideas, la distracción, la excesiva actividad y el humor alegre, a menudo mezclados con otros rasgos psicopáticos.