Eva lleva cinco años viviendo en Chicago y alterna varios trabajos para poder pagar el alquiler. Siempre ha creído en el amor a primera vista, aunque teme poseer un imán para atraer sólo a hombres que se convierten en ranas casi al instante de conocerlos.
Quien jamás le falla es su amigo Daryl, un médico gay que, de vez en cuando, actúa como drag queen. Por eso, cuando Owen Baker, el hermano de Daryl, se presenta por sorpresa para comprobar con sus propios ojos a qué dedica el tiempo libre su hermano menor, Eva no duda en seguirle el juego a Daryl y se hace pasar por su novia.
A partir de ese momento, Eva y Owen se verán envueltos en un sinfín de situaciones alocadas, sugerentes y disparatadas, y tendrán que luchar contra una atracción que son incapaces de frenar, dando pie a un juego mucho más peligroso y tentador que el anterior. ¡Esto es la guerra!
Quien jamás le falla es su amigo Daryl, un médico gay que, de vez en cuando, actúa como drag queen. Por eso, cuando Owen Baker, el hermano de Daryl, se presenta por sorpresa para comprobar con sus propios ojos a qué dedica el tiempo libre su hermano menor, Eva no duda en seguirle el juego a Daryl y se hace pasar por su novia.
A partir de ese momento, Eva y Owen se verán envueltos en un sinfín de situaciones alocadas, sugerentes y disparatadas, y tendrán que luchar contra una atracción que son incapaces de frenar, dando pie a un juego mucho más peligroso y tentador que el anterior. ¡Esto es la guerra!
Para Brian lo importante son sus amigos, su familia y su trabajo, a pesar de que este último se haya complicado por culpa de su nueva jefa. Aunque siempre puede divertirse entre los brazos de una preciosa mujer, ¿no?
Toparse de nuevo con Sarah, con esa tímida chica que se le escapó en la universidad y con la que tuvo un encontronazo para nada amistoso, no le está ayudando en absoluto a centrarse en su trabajo, pues parece ser que su vecina atrae el caos hacia su propia persona y a él le toca rescatarla una y otra vez de sus torpezas. No obstante, si hay algo que Brian tiene claro es que no volverá a fiarse de ella después de lo que le hizo en el pasado.
Una apuesta tentadora, una promesa amistosa y una atracción que comenzará a crecer entre ellos de una manera casi imperceptible harán que Sarah y Brian vivan algo que pensaban que jamás les ocurriría.
¿Y si la tentación vive en la casa de al lado?
Sin embargo, nada más pisar el rascacielos donde está ubicado su trabajo de ensueño se da cuenta de que su perfecto plan corre peligro por culpa de Clive, un seductor con los ojos más verdes que jamás ha visto y que se ha proclamado su particular pesadilla. Pero con lo que le ha costado llegar hasta ahí, ¡no va a consentir que ese canalla lo eche todo a perder!
Un beso que no debería haber existido (y que todavía no entiende cómo ha ocurrido) hace que todo se desate y que olvide por un segundo cuál es su principal objetivo.
Dos personas en apariencia distintas, pero más parecidos de lo que ellos se imaginan, comprenderán que el amor también es para ellos solo si están dispuestos a saltar al vacío.
¿Es posible controlar la atracción física o estamos condenados a dejarnos llevar? ¿Conseguirá el rey de los seductores destapar la verdadera cara de la reina de las mentiras?
Cuidado, que en Chicago saltarán chispas.