También aprenderá :
que en nuestras democracias, el consentimiento a las decisiones políticas está en gran medida "fabricado", o "condicionado", por los medios de comunicación;
que existe una censura implacable, en contra de lo que sugiere el discurso dominante
que esta censura es mucho más sutil que una simple prohibición frontal y abierta, ya que funciona en gran medida a modo de autocensura
que, para los medios de comunicación, hay víctimas "buenas" y "malas", cada una de las cuales recibe un tratamiento diferente
que las elecciones políticas en los países en desarrollo también están sujetas a la manipulación de los medios de comunicación
que la desinformación pura y dura sustituye a veces a la información.
El poder y el dinero, y sólo ellos, seleccionan la información en nuestras democracias que se considera adecuada para ser divulgada a la "gente buena". Es a través de los medios de comunicación, los principales pertenecientes a grupos muy grandes cuya fuerza financiera impresiona, como se lleva a cabo esta verdadera propaganda. Su papel es enviar mensajes y símbolos a la población. Al hacerlo, los medios de comunicación inculcan a la masa de ciudadanos las creencias y los comportamientos que las élites dirigentes consideran socialmente aceptables y deseables. De este modo, para los individuos, se hace posible la integración en la sociedad más amplia, con sus imperativos económicos primordiales.