Desparpajada, respondona pero irremediablemente entrañable, Alicia, la niña del país de las maravillas es el único personaje de los cuentos infantiles capaz de sostener una conversación con una oveja y convertir un pedazo de tierra en la orilla del río.
—¿Cómo podrá tejer al mismo tiempo con tantas agujas?
—preguntaba la niña, desconcertada—. Y a cada minuto saca más y más..., ¡ni que fuera un puercoespín!
—¿Sabes remar? —le preguntó la oveja, pasándole un par de agujas de tejer mientras le hablaba.
—Sí, un poco... pero no en tierra... y tampoco con agujas de tejer... —empezó a excusarse Alicia cuando de pronto las que tenía en las manos empezaron a convertirse en remos y se encontró con que estaban las dos a bordo de un bote,
deslizándose suavemente por la orilla del río: de forma que no le quedaba más remedio que intentarlo lo mejor que podía.