No eran los mejores tiempos para nuestras familias, padre y abuelos que sufrieron en un país atrasado que remontaba lentamente para salir de una extrema pobreza de la interminable posguerra de los años cuarenta y cincuenta.
Tenemos retenido recuerdos que afloran cuantos más años pasan por nuestras vidas. A veces lo tenemos tan presente que agudizan tanto la memoria dando la impresión que fue hace poco tiempo, pero han pasado muchos años dentro de nuestro corto o largo ciclo de vida longeva. Revivamos aquellos momentos, quizás para hacernos las típicas tres preguntas; quienes somos?, de donde venimos? y a donde vamos?, transmitiendo a nuestros hijos/as y nietos/as, nuestra forma de vida más cotidiana, costumbres, forma de hablar con vocablos y expresiones ya desaparecidas. La cultura que recibimos de nuestros antecesores y un legado que queremos dejar a nuestros predecesores para que no caiga en el más absoluto olvido.
Aquel dicho de "cualquier tiempo pasado fue mejor", creo que para la mayoría de las personas que han pasado por varias etapas no se corresponde el dicho de aquellos años con respecto al presente, donde de forma generalizada se ha mejorado en calidad de vida. Pero son los años que nos tocó vivir, que a veces añoramos,quizás desde la perspectiva de la edad y la inocencia o quizás agradecemos poder recordar que aún seguimos por aquí para poder contarlo. Cualquier tiempo pasado,..fue diferente.
Con el transcurso del tiempo se suele mirar hacia nuestro alrededor de forma distinta. La percepción de lo vivido y los recuerdos alcanzan mejor longitud con el paso de los años. En esa dimensión se sitúa Juan Ramírez Almanza cuando, desde las ventanas de una web o tras el objetivo de una cámara, lo mismo rescata fotografías del pasado, como trata de vislumbrar las cosas, las gentes, los recuerdos, costumbres pasadas, en ese micromundo que es el paisaje y el paisanaje de su pueblo. Rociana es el referente donde ha plasmado todo lo posible para el conocimiento e información de sus intemporales convecinos. Pocas cosas ha olvidado de Rociana en ese sabroso festín de hurgar en las memorias de su generación, retazos de vidas y gentes que, desde su narración personal o colectiva, conforman el cuerpo del espacio donde nació y vive. El detalle de esas entidad su multitud más compleja y sencilla, nos llega en este su primer trabajo en su dimensión justa: casas, paisajes, bodegas, calles…todo ese material que es en sí la vida de un ayer. La vida imperdurable de hoy y siempre.
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