—¡Gonzalo! espero que estés mañana, a la altura de tu hidalguía, para cuando el condestable de Castilla y Señor de Vizcaya, Don Diego López de Haro, te arme caballero. Y no vayas a emborracharte y ni se te suban los instintos carnales y termines la noche encima de una furcia.
—¡Señor! Así lo haré.
—Hijo mío eso espero de ti, que cumplas el mandato, y obligación, que tiene el sagrado deber que hacer, todo doncel antes de ser armado caballero.
Sigue leyendo esta historia y sabrás si Gonzalo ha conseguido ser caballero yendo hacia el altar, sin confundirse de camino.
En la vida todo tiene su inicio, y el mío como autor, el primer aliciente lo tuve con la gacetilla de mi pueblo, Castañares de Rioja, llamada Río Fresco. Comencé como redactor contando cosas sencillas de mi villa y eso me llevo, a la imaginación, de crear historias de ficción como La bandolera, El lego, David de Toledo y al recordar los viejos tiempos de mi aventura con mi diario natal me, invade la nostalgia, que a la vez me anima a no dejar la pluma y seguir en la brecha con ilusión y humildad.