El Marqués de Sade (1740-1814), aristócrata con buena formación clásica, inició a temprana edad una larga carrera de desafueros que le depararon dilatadas estancias en prisión, donde escribió la mayor parte de su obra.
Convertida durante décadas en caso para la patología sexual, saludada por los surrealistas y rescatada definitivamente por la crítica moderna, el lector de hoy se encuentra ante una obra inserta en las tradiciones de su época, exasperada y moralizante, pero con una construcción rigurosa y claros valores literarios.
Donatien Alphonse François de Sade, más conocido nobiliariamente por su título de marqués de Sade (París, 2 de junio de 1740-Charenton-Saint-Maurice, Val-de-Marne; 2 de diciembre de 1814), fue un escritor, ensayista y filósofo francés, autor de numerosas obras de diversos géneros que lo convirtieron en uno de los mayores y más crudos literatos de la literatura universal.
Entre sus obras están Los crímenes del amor, Aline y Valcour y numerosas obras de diversos géneros. También le son atribuidas Justine o los infortunios de la virtud, Juliette o las prosperidades del vicio y La filosofía en el tocador, entre otras.